lunes, 19 de octubre de 2009

primero de agosto de dosmil - nueve.

Dinero.

Dinero que enamora enloquece persuade convence. Dinero que rellena amortigua compadece y desaparece.

Dinero que colabora que corrobora y por el que se borra. Hilo conductor y conducente de millones de vidas de millones de personas que mueren y matan por millones.

Amistades que se pierden y nacen por él, corazones que adquieren precio. Justificante y justificación de acciones de millones de vidas y personas que insaciablemente aspiran (simplemente!) a un par de millones.

Dinero gracias al cual nos enamoramos nos deformamos y hasta pegamos.

A un hermano sí, a TU hermano.

Dinero que queremos en las manos, para quizás así sentirme más FUERTE y pegarte MEJOR, hermano.

Dinero degradado.

Dinero gracias al cual nos asemejamos.


“Y yo no soñaba grandes cosas, no un avión, no un gran hermano” dijo antes de que le llegara la ostia en la nariz y el corazón.

“solo quería estar tranquilo.. dejar de contar fines de meses y cuentas de la luz.”



Le llegó el puñetazo.

Era su hermano.


Y de por medio

había

DINERO.

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